Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, el latín vulgar comenzó a evolucionar de manera diferente en las distintas regiones de la antigua Galia. En el norte de Francia, el latín vulgar se fusionó con lenguas germánicas habladas por los francos, dando lugar al francés antiguo.
El francés antiguo, que se hablaba alrededor del siglo IX, era una lengua muy diferente al francés moderno. Era menos formal y más flexible, con una gramática más simple y un vocabulario menos elaborado.
Durante la Edad Media, el francés antiguo fue evolucionando y cambiando, influenciado por las diferentes regiones de Francia. En el siglo XIV, se desarrolló el francés medio, una lengua más cercana al francés moderno.
El francés moderno comenzó a tomar forma en el siglo XVI, con la aparición de la imprenta y la expansión del comercio. Durante este período, se estableció una norma lingüística para el francés, que se convirtió en la lengua oficial de Francia.
En resumen, el origen de la lengua francesa se puede rastrear hasta el latín vulgar, que evolucionó a través del francés antiguo y el francés medio hasta llegar al francés moderno que conocemos hoy.